A 19 años de la construcción del bulevar de la avenida 27 de Febrero, localizado en el centro de la ciudad, entre las avenidas Winston Churchill y Abraham Lincoln, éste se encuentra en un gran estado de abandono.
El bulevar luce olvidado y está invadido por vendedores ambulantes e indigentes que allí realizan por doquier sus necesidades básicas y han destruido la mayoría de árboles que estaban plantados.
Las autoridades nacionales y municipales se han desentendido del lugar, el cual permanece desmantelado.
En precarias condiciones se encuentra asimismo, la jardinerí; parte la cerámica de los pisos ha sido sustraídas o se encuentra rota, lo que ocasiona acumulación constante de agua. La fuente de agua donde muchas familias se tomaban fotografías ya no existe.
El bulevar fue inaugurado el 29 de marzo de 1999, durante la gestión de Gobierno de Leonel Fernández Reyna, con un monto total de inversión de unos 69 millones pesos.
La obra fue construida por el arquitecto Danny Pérez, con una longitud de 640 metros. En la zona los atracos y robos han aumentado en gran medida, ya que el Bulevar no posee iluminación de noche.
Lo que antes funcionaba como un parque que poseía 16 negocios de alimentos y bebidas, fuentes monumentales, esculturas y venta de distintos artículos, en la actualidad es utilizado también como basurero donde la gente lanza en alrededores decenas de fundas de basuras y residuos plásticos.
El 16 de marzo del año 2010, el Ayuntamiento del Distrito Nacional reconoció el estado de deterioro en que se encontraba el bulevar y anunció que elaboraría un plan para recuperar los espacios que le dieron vida a ese paseo.
En ese sentido, el exsecretario general del ADN, Domingo Contreras, dijo en febrero de 2012 que se había cancelado la iniciativa de abrir nuevamente los locales comerciales porque no resultaba rentable. “Nosotros cambiamos el concepto del bulevar, lo pasamos a un paseo de apreciación y de uso para caminar, un punto de descanso, pero no como un lugar para tener centros de expendio ni nada de eso”.
La obra fue construida de la mano del Ministerio de Obras Públicas, que era dirigido por Diandino Peña, quien en ese momento calificó la obra como “Paseo de Las Trinitarias”, y dijo que sería “un símbolo y gran motivo de orgullo para todos los dominicanos”.
Se encuentran arruinadas y oxidadas.
Las costosas esculturas se encuentran en deterioro y oxidadas, algunas partes con una visible fragilidad que en cualquier momento podría desplomarse con fuertes lluvias o tomentas. Fueron construidas tres estatuas como “La familia”, de Joaquín Ciprian, “Composición de elementos asimétricos- simétricos”, de José Ramón Rotellini, “De la Ciguapa al centauro”, de Said Musa y “Maqui Barca del Progreso”, de Soucy de Pellerano.